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domingo, 20 de enero de 2013

03.- El viajero que llego a Tsukuru

    En Tsukuru, los primeros rayos del sol inundaban el oculto pueblo, dándole un ambiente de paz y tranquilidad. Habia poca gente fuera de sus casas, en el negocio, cuidando el jardín  o simplemente echando una caminata para mantenerse en forma. 

   Pero fuera del pueblo, una persona desconocida cruzaba el campo a pie, acercándose a las puertas del pueblo. Llevaba una larga tunica de un color oscuro que le cubría todo el cuerpo y una capucha le cubría el rostro, asi que era imposible saber si era hombre o mujer.  Atada en un cinto llevaba enfundada una larga espada, a juzgar por ese detalle era un guerrero (o guerrera) ¿Pero que podria hacer en un lugar como Tsukuru?

  El encapuchado abrió las puertas del pueblo y entro sigilosamente, hasta que unos guardias lo detuvieron.

  _ ¡Alto! ¡Quedese quieto donde esta!

  El encapuchado se detuvo.

  Los guardias lo examinaron de pies a cabeza y detuvieron la mirada al ver la espada. Uno de ellos se la saco.

  _ Al menos pida permiso_ gruño el encapuchado con una voz neutral.

  Sin prestar atención a sus quejas el soldado examino su espada.

  _ ¿Para que tiene esto?_ inquirio con brusquedad.

  _ Por si necesito defenderme.

  _ ¿Y que vino a hacer aqui?

  _ Me enviaron a buscar a una persona_ respondio secamente.

  _ ¿A quien?

  _ No le puedo decir. Son ordenes de mi maestro._ contesto con una voz divertida.

   Los guardias se miraron frunciendo el ceño.

  _ Tengan esto_ hurgo en uno de los bolsillos y saco un pergamino atado con una cinta de color rojo. Los guardias se lo arrancaron de las manos y quitaron la cinta. Leyeron el pergamino rápidamente.

   Al terminar intercambiaron unas miradas y despues se destornillaron de la risa. El viajero no dijo nada, como si ya supiera que reaccionarían de esa manera.

   _ Le dejamos pasar, pero con una condicion. Que nos muestre su rostro_ el viajero se puso tenso de repente.

   _ Disculpeme, amable señor... soldado. Pero mi identidad es secreta,  si me quito esta capucha cierta persona de aqui me descubriria y seria un gran problema.

   Sin decir ni una palabra mas el encapuchado siguió caminando atrayendo las miradas y los murmullos de la gente.

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Al oeste del pueblo existia una enorme casa muy antigua y a simple vista... deprimente... por fuera estaba llena de grietas. Probablemente en otro tiempo hubiera sido una gran mansion, pero ahora parecia una casucha. 

Sin embargo por dentro no era lo mismo...

Apenas entrabas, lo primero que veias era un laberinto de puertas y pasadizos que conducian a muchos lugares. Era muy facil perderse dentro, pero una vez que te acostumbras ya no da esa sensacion de profunda inquietud ni de ser un castillo. Dentro de la mansion vivia una familia humilde, que de milagro lograron conseguir esa casa. En realidad, era la mas barata del pueblo por la cantidad de arreglos que necesitaba y por parecer, a primera vista, la casa mas fea del mundo. 

 Dentro, la mansion estaba solitaria. Parecia estar habitada por fantasmas aunque si habia gente en realidad... En el piso de arriba, al fondo del pasillo, en una habitacion en la que habia un enorme balcon, una joven se retorcia en sueños y gemia. Siempre victima de esas pesadillas que la atormentaban...

¿Tendrian algun significado?

...

Siempre, siempre, siempre se encontraba en una oscuridad hasta que un pasillo de colores aparecia e iluminaba el lugar. Al rededor habian unos arboles con forma extraña y arriba una luna que parecia sonreir. Asustada corria por el pasillo colorido intentando encontrar alguna salida. Y entonces, despues de horas y horas de correr donde cada vez el lugar se ponia mas bizarro, se encontraba dentro de una sala circular en la que habia una brillante puerta. Radiante intentaba abrir la puerta sin exito... pero por su euforia de encontrar una salida, nunca se fijaba que a su lado habia una hermosa mujer, de aspecto amable y celestial, vestida con una larga tunica de un color blanco y con un cabello tan dorado como el suyo que resplandecia por todo el lugar, aunque su cara siempre permanecia oculta en las sombras.

_ Necesitas una llave para abrir esa puerta_ dijo la mujer con una voz profunda.

 _ Y yo... ¿Donde consigo esa llave?

La mujer se cruzaba de brazos, con una sonrisa.

_ Querida mia, esa "llave" se encuentra dentro de ti, solo debes buscarla.

_ ¿Pero como lo...? ¡Oye! ¡Que pasa!

La mujer se volvia borrosa poco a poco. Aunque no parecia darse cuenta, volteo y se pudo ver que movia los labios pero no se oia nada.

_ ¿Que? ¿Que dices?

En ese momento la mujer solto una carcajada y todo se desborono... si, como estas leyendo. El suelo de la sala, el pasillo y los arboles se rompieron en miles de pedazos como si fueran de cristal. La hermosa mujer desaparecio y Rosalinda cayo por el vacio. Aterrorizada miro hacia arriba... donde la luna le sonreia de una manera macabra, luego miro hacia abajo... donde estaba a punto de chocar con la puerta.

Y...

¡PUM!

Todo se puso oscuro...


CONTINUARA